foso gravitatorio

Las razones del suicida no admiten discusión. En su proclama, silente y encriptada, afianzan un desprecio por la vida. En ese desdén guardan enfundado el secreto de las despedidas. Enterrarse en vida sin ataduras ni desconsuelos hasta cavar un foso donde yacer en paz, para luego descoyuntarse de bruces con los ojos bien abiertos. Se trata de un atajo que nos ahorra el esfuerzo de presenciar nuestra adolorida ruina corporal.

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