Maelstrom: remolino perenne y triturador.

En nuestro interior difuso y licuado

habitan mares,

 el torrente sanguíneo

emula los hábitos recurrentes (antigua paradoja centrífuga y centrípeta)

y mareas cíclicas de los oleajes desfallecientes.

Ecos líquidos de nuestra vitalidad enjaulada

en recorridos
a ritmo silente y regular.

El patrón es signo y frecuencia.

El mundo entero condensado

dentro de bolsas de piel y una cárcel de huesos.

Caverna de carne inundada hasta las sienes

la sangre al cuello,
 en la gruta de insondables misterios

y  decapitadas cavilaciones.

Read more